«Tiene ante usted al Amor y al Hambre, dos hermanos de sangre, dos fuerzas que mueven a todo ser viviente.
Todo lo que vive se mueve para alimentarse y se alimenta para procrear. El Amor y el Hambre tienen un sólo fin: que no cese la vida, la propia y la ajena, ya que es una y universal.» (Ivan Turgenev, 1978)
No cabe duda que comer es una necesidad primordial. De allí que sin comida, no hay vida (Garnsey, 1988: 1). La comida no es solo una colección de productos merecedores de estudios estadísticos o dietéticos; es también un medio de comunicación (Barthes, 2006: 205). Por lo que no es de extrañarse que sus ‘temas’ hayan sido recreados y reinterpretados numerosas veces en nuestras aulas. Convirtiéndose de esta manera en una fuente inagotable de inspiración.
Los temas sobre comida han venido variando de una institución a otra. Me tomo el atrevimiento de parafrasear las palabras de Tita, el personaje principal de la novela Como Agua para Chocolate, para atestiguar que, así como un poeta juega con las palabras, un profesor, a lo largo del tema de la comida, juega a su antojo con los ingredientes, con las cantidades y con los platos, obteniendo resultados fenomenales en sus diferentes clases. Mis clases de español no han sido la excepción. Mis alumnos de Segundo escriben y ejecutan una obra de teatro ‘En el restaurante’. Este proyecto es uno de mis favoritos, no solo por la afluencia a las referencias sobre comida y sus significados, sino también porque es una tarea de la que mis alumnos sacan ‘¡buen provecho!’, ya que, obtienen un conocimiento que pueden poner en practica durante sus vacaciones o visitas a cualquiera de los países hispanohablantes.
Las alusiones a las cocinas latinoamericana y española son un notorio recurso en mis clases durante este tema. Con las referencias gastronómicas marino a mis alumnos en un banquete compuesto de diferentes olores y sabores. En Mis clases de ELE las recetas, platos y sus ingredientes son algo más que gastronomía, son un recurso de estudio cargado de un valor sentimental.
“¡Claro, el profe necesitaba de la receta, sin ella sería incapaz de hacer nada! Con cuidado empezó a leerla y a tratar de seguirla.” 1
Ingredientes:
1 clase (45 min.) para hacer la carta
2 clases para escribir el texto de la obra de teatro
1 clase para corregir los textos
2 clases para las presentaciones de las obras de teatro
1 mesa
2 sillas
1 mantel
2 platos
cubierto
decoraciones al gusto
Manera de hacerse:
En la primera clase, a manera de introducción, endulzo a mis alumnos con un video donde les muestro un plato típico, el de este año ha sido ‘La Tortilla’, sacado del primer episodio de la primera temporada del programa The final table de Netflix. En esta clase mis alumnos forman grupos de dos o tres y se asignan los roles de camarero y cliente(s). Paso siguiente, cada grupo elabora una carta con los platos que van a ordenar en el restaurante.
Durante este paso, no se le olvide revelar esa doble connotación dada a la comida durante la preparación de la obra: comida ‘buena’ y comida ‘mala’. Considerando que la parte cultural y gastronómica también juegan un papel muy importante en este proyecto, está prohibido usar platos holandeses. Es así que tenemos platos ‘buenos para comer’ o ‘los típicos españoles y latinoamericanos’, así como también, los ‘prohibidos’ o ‘típicos holandeses’, que aparentemente también son comestibles, pero que tienen el poder de bajar la nota al que se los coma.
En la segunda y tercera clase los alumnos escriben el guión para su obra de teatro. No sin antes dejarlos degustar de ‘La Paella Valenciana’, por medio de otro video que he encontrado en el segundo episodio del programa antes mencionado.
Al principio de la cuarta clase repasamos parte del vocabulario aprendido con el video Cantando el pedido en McAuto. Los alumnos escuchan la canción y rellenan la letra de la misma. Después de esta actividad corregimos los guiones elaborados en las clases anteriores.
‘No sé si a usted le ha pasado pero a mí la mera verdad sí. Infinidad de veces.’.2
Al preparar las clases, anticipo lo difícil en que, a veces, puede convertirse el dejar trabajar una clase entera en grupos.
-¿Cuál es mi receta? -Para evitar caos e impedir que su cabeza le estalle como una roseta de maíz durante el trabajo en grupos, le sugiero una página web que me ayuda a recordarles a mis alumnos las reglas de cómo se trabaja, dónde se encuentran la tarea y ayuda necesaria, y cuánto tiempo tienen para trabajar en ella. Esta herramienta es el ingrediente indispensable en la receta de Mis clases de ELE que hoy quiero compartir con usted: Classroomscreen.com
Esta página posee diferentes íconos. Por ejemplo, con el ícono ‘Texto’ puede compartir información con la clase. Este ícono lo utilizo para hacer visible los nombres de las tareas y el lugar donde estas se encuentran.
De igual manera hago uso del ícono ‘Símbolos de trabajo’, el cual a su vez brinda cuatro opciones diferentes de trabajar: silencio, cuchicheo, pregunta al compañero y trabajo en equipo. Las cuales varío durante mis clases.
Otro de los íconos que utilizo es el ‘temporizador’ para darle a conocer a mis alumnos el tiempo que tienen para realizar la tarea asignada. Este ayuda a mantener concentrados en su trabajo a esos alumnos que se distraen fácilmente y a los que pierden la noción del tiempo.
En el del ‘idioma’ puede cambiar el idioma de todos los íconos. El cual dependerá del nivel de sus alumnos.
Un último consejo, le sugiero darle a sus alumnos las instrucciones de la clase, paso por paso, como una receta:
1. ¿Qué se va hacer?
2. ¿Cómo se va a trabajar?
3. ¿Cuánto tiempo se va a trabajar?
4. ¿Dónde está la ayuda?
Porque así son más claras y más fáciles de seguir al pie de la letra.
El profe no opuso resistencia, la dejó entrar hasta el último rincón de su ser […] Nunca había probado algo tan exquisito.3
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A la manera de Laura Esquivel en Como agua para chocolate. (2009).